jueves, 7 de junio de 2012

Turismo



¿Qué pasa con la luz solar? ¿Se llega a hacer de noche en verano?

En pleno verano la luz del sol perdura por más de 17 horas al día, mientras que en invierno la luz natural (no el sol directo) sólo se mantiene durante 7 horas.
En diciembre y enero, es común aprovechar el día al máximo y cuando sientas ganas de comer te darás cuenta que apenas falta un rato para la medianoche y todavía el sol está irradiando luz.
Por el contrario, en invierno aclara tarde por la mañana y alrededor de las 17:30 hs. ya empieza a anochecer. Este fenómeno producido por la latitud a la que nos encontramos en Ushuaia, es motivo para celebrar la Fiesta Nacional de la Noche más Larga.

En cuanto a la indumentaria ideal, aquí usamos ropa informal casi para todas las ocasiones. Lo más adecuado es ropa de abrigo, aunque algunos días es suficiente una camisa con una campera, en lo posible impermeable. Un calzado cómodo para las caminatas en zonas húmedas del bosque, preferiblemente botas “de trekking”, un par de guantes y gorro (que ocupan poco espacio) y tu equipaje estará listo.
Atención: si visitan en temporada invernal hay que tener en cuenta que la temperatura puede descender varios grados bajo cero y la sensación térmica llegar a veinte grados bajo cero. En este caso, será necesario un equipamiento especial que debe incluir ropa y calzado capaz de enfrentarse con el frío, el viento, la nievey el hielo.

¿Por qué hay tantos turistas extranjeros que visitan Tierra del Fuego?

Son diversos los motivos que estimulan el desplazamiento de visitantes a sitios tan remotos como nuestra tierra. Indudablemente, el nombre por sí solo ejerce una fuerte atracción a todo viajero potencial que tenga interés en conocer algo que escuchó nombrar alguna vez, tal vez de pequeño.
Además, el emplazamiento de Ushuaia la convierte en la Ciudad más cercana al Polo Sur (aunque se encuentra a casi 4.000 km.) y por eso se la conoce como “la más austral del mundo”, un título que también funciona como atractivo por sí mismo.
Y aunque los argentinos estamos acostumbrados a las grandes extensiones no habitadas, los paisajes de Tierra del Fuego y particularmente de Ushuaia,comprenden vastas áreas de bosques y turbales sobre un relieve montañoso, combinación no muy frecuente en la naturaleza.Esto llama permanentemente la atención de visitantes extranjeros (sobre todo de origen europeo) que encuentran fascinante el transitar por caminos de decenas y hasta de cientos de kilómetros acompañados permanentemente por bosque de especies autóctonas, con poca intervención humana. A pesar de que el hombre ha utilizado el bosque para su aprovechamiento forestal, el marco paisajístico que hoy ofrece impresiona por su aspecto prístino. En nuestro bosque no se presentan especies arbóreas exóticas y ofrece al observador la posibilidad de comprender cómo funciona este ecosistema, en condiciones tan singulares como las que imperan en nuestra región. El bosque, entonces, cubriendo los faldeos de los Andes Fueguinos, modelados por glaciares unos pocos miles de años atrás, ofrecen el soporte para la presencia de diversas comunidades vegetales con su correspondiente fauna, que,aunque no en estado prístino aún mantienen características que ofrecen la posibilidad de ser disfrutados.

¿Cuándo se inició el turismo hacia esta región?

Los primeros turistas llegados a Tierra del Fuego, lo hicieron a inicios del siglo XX, en la época en que los viajes en crucero eran comunes a muchos sitios del mundo. Algunos buscadores de viajes algo extravagantes, elegían itinerarios hacia estas latitudes. Entre los grandes cruceros que visitaron Ushuaia aparecen en las publicaciones de entonces el Vapor Blucher (sin información de fecha), el Cap Polonio (1923), el Antonio Delfino (1929 / 1930), el Asturiano (1930), elMonte Cervantes (1930, protagonista de un entonces muy famoso naufragio frente a Ushuaia) y finalmente el Monte Pascoal (1934).
Luego sobrevino un período de eventuales visitas hasta que en la década de 1970 se retomaron los viajes con embarcaciones más modernas y se iniciaron los vuelos comerciales a la región, consolidándose a partir de los años ´80.
El gran crecimiento del turismo se produjo por varios factores que se combinaron en los últimos años, entre los cuales se destaca el auge de viajes a sitios remotos y el beneficio de un cambio monetario favorable para el turismo extranjero

domingo, 3 de junio de 2012

Un poco de historia


¿Quienes vivían aquí antes de la llegada de Magallanes?
Las primeras crónicas de navegantes españoles, franceses e ingleses describían a los nativos de Tierra del Fuego con cierta carga despectiva. “Salvajes”, “inhumanos”, “criaturas inferiores” eran algunos de los calificativos que ayudaban a su descripción. A través de las investigaciones arqueológicas se conoce hoy que las primeras ocupaciones humanas en el Canal Beagle tuvieron lugar hace unos 7.000 años y los descendientes de estos primeros habitantes se mantuvieron siempre a lo largo de las costas de los llamados Canales Fueguinos, aún hasta inicios de nuestro siglo. La zona donde actualmente se halla emplazada Ushuaia, así como el resto del sector argentino del Canal Beagle, estuvieron habitados por nativos que desde su llegada estaban adaptados a la vida litoral marítima. Formaban parte de un grupo mayor, conocido hoy bajo el nombre de canoeros magallánicos. A la llegada de los europeos, los canoeros que vivían en esta zona se autodenominaban yamana o yaganes. Actualmente viven muy pocos descendientes de este grupo, en el sector chileno, principalmente en Puerto Williams.
Además de la bibliografía publicada por los estudiosos del tema, es posible apreciar sus utensilios y otros enseres en las vitrinas de los tres Museos de la Ciudad de Ushuaia: el Museo Yámana, el del Fin del Mundo y el Marítimo, además de conmovedoras fotografías que llegaron a tomarse a fines del siglo XIX. Pero aún persisten los sitios donde los yamana pasaban gran parte de su vida. Completamente adaptados al medio litoral marino, se alimentaban de carne de lobos marinos, peces, aves, recolección de moluscos y crustáceos y también de carne guanaco, ya que, cuando decidían desembarcar, se instalaban en ciertos sitios de la playa, que podemos asociar hoy con la idea de campamentos. En esos sitios construían chozas, o utilizaban alguna disponible, para descansar durante la noche en grupos familiares. Generalmente los desechos (en un gran porcentaje valvas de moluscos) eran arrojados alrededor de la choza, construida básicamente con ramas de lengas y guindos, y una vez desaparecida ésta, los montículos fueron cubriéndose hasta que finalmente sobre ellos creció vegetación. Precisamente estos son los sitios arqueológicos sobre los que los antropólogos y arqueólogos llevan a cabo sus estudios. La abundancia de valvas de moluscos les ha hecho valer el nombre de conchales o concheros yámana. Hoy son sitios protegidos por leyes nacionales y provinciales pues conforman parte de nuestro patrimonio cultural.
La zona Norte de la Isla, donde el bosque es menos denso y predominan los pastizales, fue ocupado por otro grupo de nativos, categorizados como cazadores-recolectores pedestres, ya que a diferencia de los canoeros, no tuvieron necesidad de buscar su alimento en el mar. Los ancestros de este grupo llegaron a la Isla hace algo más de 10.000 años, trayendo consigo su tradición cazadora de animales terrestres, principalmente guanaco y pequeños roedores. Cuando comenzaron las expediciones a la zona del paso interoceánico descubierto por Magallanes, los cazadores de esta zona se denominaban a sí mismos selk´nam, pero se los conoció bajo el apelativo de onas. Su forma de vida nómade hizo que los testimonios de su cultura se hallen actualmente dispersos por todo el territorio que ocuparon, siendo estudiados aquellos lugares que, ya sea accidentalmente por remoción del terreno, por las crónicas etnográficas o por referencias transmitidas oralmente, son seleccionados por los antropólogos. Sus armas y utensilios, así como sus creencias y leyendas, son similares a los de las etnias que vivieron al Norte del Estrecho de Magallanes, sobre todo de tehuelches, de quienes probablemente provenían.
Con relación a los descendientes, viven en nuestra Provincia algunos representantes mestizos de esta etnia, pero se considera que la última descendiente selk´nam fue la señora Virgina Choquintel, fallecida en 1990, en cuyo honor se bautizó el Museo de la Ciudad de Río Grande. Tanto en este museo como en el de la Misión Salesiana (Monumento Histórico Nacional) se exhiben utensilios, armas, fotografías y otros elementos vinculados a la vida de los selk´nam.

Un poco de información climática

¿Hace siempre frío?
Durante la época estival, en el transcurso de la misma jornada pueden sucederse momentosde sol, de lluvia… y hasta de nieve.
En la zona aledaña a Río Grande, en plena estepa, no hay bosque y los vientos son más frecuentes. Llueve menos que en la zona de Ushuaia pero la temperatura media de verano para ambas ciudades es de 10ºC. La de invierno, en cambio, ronda entre 0º C y 1º C. También el efecto del viento (casi siempre procedente del Pacífico Sur) contribuye a que la sensación térmica sea menor.
La zona del Canal Beagle, flanqueada por las cadenas montañosas de la cordillera que sobrepasan los 1000 m. queda a salvo de vientos muy fuertes, aunque en forma excepcional pueden alcanzar los 100 km. por hora.
TemperaturasMedia anual5.3ºC5.5ºC
Media en julio1ºC-0.2ºC
Media en enero9.1ºC10.1ºC
Máxima absoluta (1992)29.4ºC23.9ºC
Mínima absoluta (1992)-21.1ºC-16.7ºC
VientosCuadranteSOO
Velocidad promedio20 km/h30 km/h
Velocidad máxima160 km/h200 km/h
Días de calma/año32s/i
Presión atmosférica990 hectop.990 hectop.
Humedad relativa media anual75%55%
Radiación solarInvierno48kcal/cm2/día
Verano382kcal/cm2/día
Duración del díaInvierno6h 45min7h 35 min
Verano17h 23min17h 05min
Precipitación anual530 mm330 mm
Días con nieve en 19916818
Temperatura del mar en superficieInvierno5.1ºCs/i
Verano7.5ºCs/i
Anual6.3ºC7ºC